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Algunos aspectos clave en la inspección de la limpieza abrasiva en proyectos de recubrimientos industriales

La inspección de la preparación de superficies es un aspecto crítico en la aplicación de recubrimientos industriales, ya que la calidad de la superficie preparada influye directamente en la efectividad y durabilidad del recubrimiento. En este contexto, es fundamental que los inspectores comprendan los desafíos y consideraciones clave relacionados con la preparación de superficies para garantizar un resultado satisfactorio. 

El comportamiento del mejor recubrimiento generalmente no es mejor que la preparación de la superficie. Una vez que el recubrimiento ha sido aplicado, es muy difícil determinar la calidad de la preparación de la superficie. Los recubrimientos cubren fácilmente errores y condiciones superficiales incorrectas. Estas desviaciones e imperfecciones se vuelven significativas cuando el recubrimiento entra en servicio. 

En el caso de la preparación de superficies, el inspector tiene una considerable responsabilidad en determinar si la superficie fue preparada adecuadamente, tal y como indica la especificación. Una de las mejores formas de lidiar con esta situación es que el inspector, el propietario y el aplicador lleguen a un acuerdo para establecer un área de referencia al inicio del proyecto en una sección de la superficie para que el grado de limpieza se interprete de forma adecuada por todas las partes. El inspector puede utilizar este grado de preparación de la superficie para determinar si esta cumple con la especificación. Una alternativa viable es utilizar los estándares visuales y fotográficos de la SSPC para acero granallado abrasivo (VIS-1) o acero limpiado con herramientas eléctricas y recubrimientos (VIS-3) y/o también el patrón fotográfico de la norma ISO 8501-1 y 2. Lo más importante es que el inspector o técnico de QC sepan interpretar el grado de limpieza de cada norma sabiendo identificar lo que puede quedar o no en la superficie antes de aplicar un recubrimiento, que en ocasiones no es tan sencillo de evaluar y puede generar conflictos o discusiones que afectan a la operatividad, calidad y rentabilidad en los proyectos.

Al inspeccionar el trabajo de preparación de superficies, el inspector debe verificar varios elementos diferentes. En primer lugar, debe verificar que la preparación de la superficie cumpla con las especificaciones. En el caso de ISO8501 “Sa3” o NACE 1 o SSPC 5 para granallado de metal blanco, la inspección es relativamente fácil, ya que la superficie debe ser de un solo color. Por otro lado, el granallado casi blanco o el granallado comercial son mucho más difíciles, ya que se necesita una evaluación más cercana antes de tomar una decisión sobre si la limpieza superficial cumple con la especificación. Una vez más, establecer áreas de referencia o mantener una reunión previa a la aplicación puede facilitar una interpretación coherente del grado de limpieza. Sin embargo, cuando se trata de superficies antiguas, con picaduras o recubrimientos deteriorados, la inspección se vuelve especialmente compleja y requiere una evaluación cuidadosa caso por caso.

Las superficies con picaduras son particularmente difíciles de evaluar porque suelen ser irregulares, y el óxido y la contaminación pueden permanecer en las cavidades, especialmente después del primer granallado. Esto es más notable en áreas donde hay cloruros, porque el residuo de cloruro a menudo no es visible hasta que se absorbe suficiente humedad del aire y la cavidad comienza a oscurecerse en color.  

Si este es el caso, el especificador debería considerar limpiar la superficie con chorro de agua (WJ) o limpieza abrasiva en húmedo (WAB) para obtener la limpieza deseada, ya que el granallado o limpieza abrasiva en seco no elimina de forma eficaz los cloruros u otras sales solubles. El inspector podrá aconsejar al propietario que este es el caso, pero la decisión es del propietario o especificador. Los contratistas y operarios de limpieza abrasiva a menudo son reacios a repasar la superficie una segunda vez debido al tiempo y esfuerzo requeridos.  

Algunos operarios se quejan de que la superficie es difícil de limpiar, que el acero con picaduras no se puede limpiar adecuadamente y que la costra de productos de corrosión es difícil de eliminar. Quejas como estas generalmente no son válidas. Si el operario trabajó de forma uniforme en toda la superficie, tomando por ejemplo un área de un metro cuadrado a la vez y limpiándola a fondo, estos problemas no deberían existir. Una vez más, el inspector es el responsable de aconsejar al propietario, y posiblemente al contratista, si la superficie es satisfactoria o insatisfactoria. 

Ejemplo: En un caso durante la aplicación de recubrimientos en un tanque de agua salada, el contratista que realizaba las operaciones de limpieza abrasiva en seco afirmó que el aceite y la contaminación estaban manchando la superficie porque apenas dejaba la superficie cuando aparecían áreas negras, especialmente en las picaduras. No había deshumidificación en el tanque y la condensación y absorción de humedad eran muy rápidas. El problema era que el contratista no estaba limpiando a fondo la superficie, y los cloruros o sales incrustadas en la superficie estaban absorbiendo humedad y cambiando de color muy rápidamente. Esta puede ser una situación difícil de manejar para un inspector, y debe mantener una comunicación adecuada con las distintas partes del proyecto, realizar ensayos de forma objetiva y transparente y reportar si la superficie preparada o protegida cumple o no cumple con la especificación. 

El inspector debe verificar las impurezas superficiales, tanto antes como después de la limpieza abrasiva, y el polvo antes de la aplicación del recubrimiento, ya que son la causa de un número considerable de dificultades de recubrimiento. El inspector también debe ser consciente del problema de la humedad y la condensación. Los cambios de temperatura a lo largo del día pueden hacer que la posibilidad de condensación de humedad en la superficie cambie rápidamente.  

La supervisión y el control de calidad en los procesos de preparación de superficie son fundamentales para garantizar la eficacia y durabilidad de los recubrimientos aplicados. 

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